miércoles, 25 de julio de 2018

Teaser Monday de Sentido y Sensibilidad de Jane Austen

Si existe una escritora de novela romántica, adelantada a su tiempo, crítica con la mentalidad de la época en la que le tocó vivir y defensora de la mujer es sin duda Jane Austen.

Se ha ganado con creces un hueco entre los Escritores Clásicos Británicos y podríamos decir sin duda que entre los Clásicos de la Literatura Universal.

En mi revisión de mis novelas favoritas he pensado que le ha llegado la hora a su primera novela en ser publicada  y la primera de sus novela de la autora en ser leída por ésta que escribe, así que antes de publicar la reseña os dejo con el Teaser Monday de Sentido y Sensibilidad de Jane Austen.

Espero que este fragmento os deje descubrir a algunos la elegante y genial forma de escribir de esta gran autora, y a otros de recordar el por qué de vez en cuando tenemos que rescatar los libros leídos y volver a adentrarnos en sus páginas.




-¿Existe en el mundo -dijo Marianne- una felicidad comparable a ésta? Margaret, caminaremos aquí al menos dos horas. Margaret estuvo de acuerdo, y reemprendieron su camino contra el viento, resistiéndolo con alegres risas durante casi veinte minutos más, cuando de súbito las nubes se unieron por sobre sus cabezas y una intensa lluvia les empapó los rostros. Apenadas y sorprendidas, se vieron obligadas, aunque a desgana, a devolverse, porque ningún refugio había más cercano que su casa. No obstante, les quedaba un consuelo, al que pudieron recurrir en ese momento puesto que la necesidad les dio más decoro del que habitualmente tendrían: y éste fue bajar corriendo tan rápido como podían por la falda de la colina que conducía directamente al portón de su jardín. Partieron. Marianne tomó ventaja al comienzo, pero un paso en falso la hizo caer de repente a tierra; y Margaret, incapaz de detenerse para auxiliarla, involuntariamente siguió de largo a toda prisa y llegó abajo sana y salva. Un caballero que cargaba una 
escopeta, con dos perros pointer que jugaban a su alrededor, se encontraba- subiendo la colina y a pocas yardas de Marianne cuando ocurrió el accidente. Dejó su arma y corrió en su auxilio. Ella se había levantado del suelo, pero habiéndose torcido un tobillo al caer, apenas podía sostenerse en pie. El caballero le ofreció sus servicios, y advirtiendo que su modestia la hacía rehusar lo que su situación hacía necesario, la levantó en sus brazos sin más tardanza y la llevó cerro abajo. Luego, cruzando el jardín cuya puerta Margaret había dejado abierta, la cargó directamente al interior de la casa, adonde Margaret acababa de llegar, y no dejó de sostenerla hasta sentarla en una silla de la salita. Elinor y su madre se levantaron atónitas al verlo entrar, y mientras le clavaban la vista con evidente extrañeza y a la vez con secreta admiración ante su apariencia, él disculpó su intromisión relatando lo que la había causado; y lo hizo de manera tan franca y llena de gracia que su voz y expresión parecieron hacer mayores sus encantos, aunque ya era extraordinariamente bien parecido. Si hubiera sido viejo, feo y vulgar, igualmente habría contado con la gratitud y amabilidad de la señora Dashwood por cualquier acto de atención hacia su hija; pero la influencia de la juventud, la belleza y elegancia prestó un nuevo interés a su acción, que la conmovió aún más. Le agradeció una y otra vez, y con la dulzura de trato que le era propia, lo invitó a sentarse. Pero él declinó hacerlo, en consideración a que estaba sucio y mojado. La señora Dashwood le rogó entonces le dijera con quién debía estar agradecida. Su nombre, replicó él, era Willoughby, y su hogar en ese momento estaba en Allenham, desde donde él esperaba le permitiera el honor de visitarlas al día siguiente para averiguar cómo seguía la señorita Dashwood. El honor fue rápidamente concedido y él partió, haciéndose aún más interesante, en medio de una intensa lluvia. Su belleza varonil y más que común gracia se hicieron instantáneamente tema de generalizada admiración, y las risas a costa de Marianne que despertó su galantería recibieron particular estímulo de sus atractivos externos. 

Resultado de imagen de sense and sensibility marianne and willoughbyMarianne misma había visto menos de su apariencia que el resto, porque la confusión que enrojeció su rostro cuando él la levantó le había impedido mirarlo después de que entraron en la casa. Pero había visto lo suficiente de él para sumarse a la admiración de las demás, y lo hizo con esa energía que siempre adornaba sus elogios. En apariencia y aire era exacto a lo que su fantasía había siempre atribuido al héroe de sus relatos favoritos; y el haberla cargado a casa con tan poca formalidad previa revelaba una rapidez de pensamiento que en forma muy especial despertaba en ella un ánimo favorable a él. Todas las circunstancias que le eran propias lo hacían interesante. Tenía un buen nombre, su residencia estaba en el villorrio que preferían por sobre los demás, y muy luego Marianne descubrió que de todas las vestimentas masculinas, la más sentadora era una chaqueta de caza. Bullía su imaginación, sus reflexiones eran gratas, y el dolor de un tobillo torcido perdió toda importancia.  

4 comentarios:

  1. TE puedo decir que este es mi preferido de la autora, no es que ella sea mi preferida pero me gusta
    Un bes💕

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  2. ¡Hola! Me apena decir que he visto la película pero no he leído el libro. Espero hacerlo algún día. Un besote :)

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  3. Hola.
    No he leído todavía nada de la autora pero este verano me estreno con ella, lo que pasa con su otro libro más famoso Orgullo y prejuicio, que tengo una edición preciosa esperando en la estantería.
    Muchos besos.

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  4. ¡Hola!
    Por un lado quiero darle la oportunidad a este libro, aunque vi la película de Orgullo y prejuicio y la historia me dejó un poco fría. Pero leyendo tus palabras, tendría que probar al menos una vez.
    Un beso

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