lunes, 29 de abril de 2019

Teaser Monday: Los Pequeños y Sus Monstruos de Simón C. Díaz

Los-Pequeños-y-sus-monstruos-Simon-C-DiazHoy vengo con un fragmento de una novela que llegó a mis manos por cortesía del autor.

Es sin duda un libro que no te descubre demasiado por su portada, es más, quizás diría que te despista ya que piensas que vas a encontrar en su interior un cuento o una novela infantil.... pero he de decir que me resultó un libro distinto, sorprendente y muy recomendable para padres, futuros padres, niños y cualquier adulto que suela tratar con peques.

En breve tendréis la reseña en el blog, pero hasta entonces os invito a descubrir un fragmento de esta genial creación en el Teaser Monday: Los Pequeños y Sus Monstruos de Simón C. Díaz.

No os dejéis llevar por las apariencias, esperar a la publicación de la reseña o, mejor aun, haceros con un ejemplar.

Espero que lo disfrutéis y ver vuestros comentarios 💕


DEMONIO DEL ESPEJO
Este es uno de esos monstruos que creo que todos nos hemos encontrado en varios momentos difíciles, posiblemente desde nuestra adolescencia, algunos quizá desde antes. Si nunca has visto que tu reflejo presenta un semblante terrorífico y empieza a insultarte y atacar tus inseguridades, cuéntate entre las personas más suertudas del mundo, pues nunca he conocido a alguien que no haya tenido un encuentro con este monstruo en particular, incluso aunque muchos intenten ocultarlo.
Su nombre hace que sea común el error de considerarlo parte de la familia de los demonios, pues este se le fue dado cuando se creía que quienes los veían estaban siendo poseídos. Quien haya estado frente a un caso de posesión puede atestiguar que hay similitudes entre aquello y lo que vemos en el espejo, con el monstruo del que trata este capítulo, por lo que la idea no es del todo descabellada, y por mucho tiempo se pensó así; pero la posesión demoniaca es algo mucho más complejo, y en lo que yo me considero bastante ignorante. A pesar de todo esto, el nombre nunca fue cambiado.


Mis encuentros con personas afectadas por demonios del espejo han sido tan frecuentes, que podría considerarme un experto; por lo que puedo asegurar que es muy rara su aparición en niños, cuando han recibido una educación y formación relativamente normal; sin embargo, en mi trabajo en fundaciones, lo he visto en pequeños desde los cinco años, casi exclusivamente en niñas. Este es uno de esos casos.
Sophie se había mostrado interesada en hablar conmigo en nuestros primeros encuentros, pero nunca había mencionado ningún tipo de problemas, ni anteriores a su llegada a la institución, ni actuales. Se limitaba a contarme sobre cómo llevaba su relación con las amigas que había hecho al llegar. Yo había intentado desviar la conversación, en repetidas ocasiones, hacia sus experiencias familiares, pero ella me daba algunas respuestas evasivas y seguía contándome de su día a día. Como en aquella ocasión parecía con la intención de seguir hablando sobre lo sucedido aquella semana con sus amigas, decidí ser más directo.
“¿Has tenido algún problema con otras niñas?” le pregunté cuando hubo un silencio por parte de ella.
“Algunas niñas me han dicho que soy creída” dijo como si no le diera importancia.
“¿No te dicen nada más?”
“No les presto atención.” Parecía que quería acabar con aquel tema tan rápido como fuera posible, por lo que cambié de método.
“¿Sabes qué es lo que hago yo aquí?” ante su respuesta negativa, continué. “Yo ayudo a los niños con sus problemas. A veces eso requiere que les enseñe a eliminar sus monstruos, pero también puedo servir de ayuda si tienen problemas con otros niños”
“¿Monstruos?” Preguntó ella. “¿Qué pasa cuando un niño es un monstruo? ¿Lo expulsan?” Por primera vez se mostró preocupada, como si aquella idea le causara mucho malestar. En aquel momento me di cuenta que había decidido contar solo experiencias positivas de su estadía, por miedo a salir de la fundación.
“Aquí no expulsamos a ningún niño, mientras no ponga en riesgo su vida o la de los demás,” dije con el tono más tranquilizante que pude; sabía que debía ser tan honesto como pudiera en momentos como aquel. “Mientras podamos ayudarte, te puedes quedar el tiempo que desees. ¿Has visto algún monstruo?”
“Cuando me veo en un espejo me convierto en un monstruo” dijo ella después de un silencio largo, que sabía que no debía interrumpir. “Pero sé ignorarlo, como hago con las niñas”
Aquello me hizo sentir pena por ella; lidiar sólo, con un demonio del espejo era una tortura. Saqué un papel de mi escritorio y se lo entregué, junto con un lápiz. “Escribe por favor aquí las palabras que te dicen las niñas, y al frente de esas, las que te dice el espejo”. Ella pareció aterrorizada por esa idea, pero yo estaba seguro que sería mucho más fácil aquello que decirlas en voz alta “No tienes que hacerlo ya, me las puedes traer la otra semana,” le dije. Se mostró bastante aliviada por eso. Le di permiso para retirarse y ella me lo agradeció con una sonrisa.
LOS PEQUEÑOS Y SUS MONSTRUOS de Simón C. Díaz
Capitulo: Demonio del Espejo 

5 comentarios:

  1. ¡Hola! En este caso no me llama mucho así que seguro que lo dejo pasar. Un besote :)

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  2. ¡Hola! Este lo voy a dejar pasar.

    Un abrazo

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  3. emmm... emm..... si te digo que vengo a saludarte pero que creo que se me quema la tortilla ¿me crees? ya si leugo vengo otro día
    Un bes💕

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  4. Buenas!
    La verdad es que por ahora no me llama mucho.
    Gracias por la reseña <3

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