Citas de Libro: La Naranja Mecánica de Anthony Burgess

¡Buenos días chicuelos!

Creo que ha llegado el día de dedicar este apartado de Citas de Libro a una genial obra de Anthony Burgess, La Naranja Mecánica.

Hace ya tiempo que publiqué la reseña de esta atemporal obra (podéis verla aquí), un canto anti-violencia a través de la violencia, y que fue llevada al cine por el mismísimo Stanley Kubrick.

Ayer, navegando entre blogs de conocidas hice una parada en el blog de Irene titulado Que la suerte esté siempre de vuestra parte porque me llamó la atención una entrada que había hecho sobre La Naranja Mecánica, y eso ha hecho que me decida hoy por homenajearla con esta entrada.

Además será una entrada muy versatil, ya que podría ser un juego ya que veréis que hay palabras marcadas con color que puede que no entendáis ya que están escritas en Nasdat una jerga juvenil que el escritor inventó para este libro, pero tendréis el significado entre paréntesis al lado de la misma.

Por otro lado os ayudará, si leéis la reseña...cosa que yo os recomendaría.. a entender todo mejor.

Para arrancar os dejo una frase que resume perféctamente la mentalidad y el carácter de nuestro protagonista en la novela, Alex.

El día era muy diferente de la noche. La noche era mía y de mis drugos (amigos), y de todo el resto de los nadsats (adolescentes), y de los barrios burgueses agazapados entre cuatro paredes, absorbiendo los glupos (estúpidos) programas mundiales

Frases de Alex:

Yo, yo, yo. ¿Qué hay de mí? ¿Dónde entro en todo esto? ¿Soy un animal, o un perro? [...] ¿No soy más que una naranja mecánica?.

Llevábamos chaquetas cortas y ajustadas a la cintura, sin solapas, con hombros muy abultados. (le decíamos plechos (hombros)) que eran una especie de parodia de los verdaderos hombres.

Probablemente estaban en la parte de los slovos sucios, antes de iniciar un trozo malenco ( poco) de ultraviolencia.

Te sacudían sin parar hasta vaciarte. Perdías el nombre y tu cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la bota o la uña del dedo se te ponían amarillas, cada vez más amarillas. Después las luces comenzaban a restallar como átomos… Gimoteando volvías al presente, con la rota (boca) preparada para llorar a grito pelado. Todo muy lindo, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la bondad de un cheloveco (individuo)

Un libro- dije. Siempre experimenté la mayor admiración por los que saben escribir libros… Luego miré la primer hoja, y tenía escrito el nombre LA NARANJA MECÁNICA, y dije: Es un título bastante glupo (estúpido)… Era el momento de la acción: de modo que nuestra vieja druga (amiga) la colorada (la sangre) comenzó a derramarse y manchó la linda alfombra nueva, y los pedazos del libro que yo continuaba rasreceando (destrozando)…Y el veco (sujeto) escritor placaba (gritaba) que le habían arruinado la obra de su vida, con la rota (boca) toda ensangrentada… Está bien, ahora, vamos a la otra vesche (cosa), Bogo (Dios) nos ampare-, dije

Era como descansar entre los pies de dos montañas terroríficas… Luego vimos a un joven málchico (muchacho) con una filosa (mujer), libulubando (haciendo el amor) bajo un árbol, de modo que le dimos un par de tolchocos (golpes) sin muchas ganas y seguimos nuestro camino… Lo que queríamos hacer ahora era la vieja visita de sorpresa. Era la emoción auténtica, buena para smecar (reir) y sentir el latigazo de lo ultraviolento

Sí, sí sí, eso era. La juventud tiene que pasar ah sí. Pero en cierto modo ser joven es como ser un animal. No, no es en tanto ser un animal sino uno de esos muñecos malencos (pequeños) que venden en las calles, pequeños chelovecos (individuos) de hojalata con un resorte dentro y una llave para darles cuerda grr grr grr y ellos itean (caminan) como si caminaran, oh hermanos míos. Pero itean (caminan) en línea recta y tropiezan contra las bolsas, bang bang, y no pueden evitar hacer lo que hacen. Ser joven es como una de esas malencas (pequeñas) máquinas.

El mundo no puede estar lleno de gente como yo.

Pero, ¿saben Hermanos?, habían cerrado la puerta del dormitorio con llave, y, al volverme, vidée (vi) por primera vez que había barrotes en la ventana, vidée (vi) que no tenía modo de escapar de todo esto… El Hombre destruye lo que ama, como dijo el poeta prisionero. 

Y entonces, Hermanos, tuve que hundirme en el sueño para escapar de la horrible y perversa impresión de que recibir un golpe era mejor que darlo.

Se decía que la Gran Música y la gran Poesía tranquilizarían a la Juventud Moderna y conseguirían civilizarla. Civilización de mis yarboclos (testículos) sifilíticos. La música siempre me excitaba, haciéndome sentir como si fuera el propio Bogo (Dios) en persona, listo para descargar rayos y centellas y tener  a los vecos (individuos) y las ptitsas (muchachas) crichando (chillando) en mi ja ja ja poder”

P.R. Deltoi (trabajador social) a Alex:El mero hecho de que la policía no te haya atrapado últimamente no significa, como tú lo sabes muy bien, que no hayas estado cometiendo algunas fechorías.

Conversación del vagabundo al que Alex y sus drugros van a darle una paliza:
Es un mundo podrido porque permite que los jóvenes golpeen a los viejos como vosotros habeis hecho, y ya no hay ley ni orden. Ya no es un mundo para un viejo [..] ¿Qué clase de mundo es éste? Hombres en la Luna y hombres que giran alrededor de la Tierra como mariposas alrededor de una lámpara, y ya no importan la ley y el orden en la Tierra

Capellán de la prisión a Alex: 
Dios prefiere al hombre que elige hacer el mal, antes que al hombre que es obligado a hacer el bien.